miércoles, 26 de diciembre de 2007

CAPITULO 6

MI BUENOS AIRES QUERIDO



(Continuación)
El pequeño hidroavión los divisó en una de las terrazas. Desde el aparato las siluetas negras se disponían a lanzarse en la próxima pasada para cerrarles el paso.

El afán por proteger al muchacho le resultaba extraño a sí misma.

Gardelia no tenía tiempo de entender lo que pasaba afuera y menos qué acontecía en su interior.

Disparó el arma contra una vidriera y saltaron al interior de un local de personajes de cera donde buscaron camuflarse.

Al momento siguiente, gracias a la pericia de Gardelia, Carlitos ensayaba la mueca inmortal, enfundado en el traje y la galera del muñeco al que reemplazaba.

-Estás igualito- susurró ella acurrucada debajo de la pollera de la negra Mercedes Sosa.

Los ninjas pasaron corriendo frente al local pero uno se volvió sospechando al ver el vidrio roto del frente.

El pequeño hombrecito oteó cada rincón y recorrió el salón con movimientos gatunos mientras se activaban a su paso las grabaciones que contenían una frase célebre de cada personaje.

“ Y estaban vivos…?” oyó de una Susana Gimenez fajada, a lo que el chino no pudo evitar reaccionar con un estornudo.

“…no los voy a defraudar” el chino saltó para ponerse a salvo por si el muñeco terrorífico, no fuera de cera.

Cuando le tocó el turno a Carlitos la grabación comenzó a escucharse y el chino desconfiado, achicó aún más los ojos , ya achinados de por si.

Gardelia sintió que todo terminaría en ese mismo instante.

“ Miiiiii, Buenos Aires queriiiiiiiiiido, cuando yo te vuelvaaaaaaaveeeeer…”

El sujeto comprobó como si se tratara de un mecanismo, que el sonido no salía de la boca sonriente del mítico artista argentino.

El pequeño mercenario profirió un grito sordo y monosilábico que atrajo la presencia inmediata de otros compañeros.

Gardelia ya lista para disparar, contuvo la respiración previendo un final trágico para todos.

Pero el diminuto admirador solo quería una foto junto al zorzal criollo, y tras el breve trámite se alejaron.

- Soy ventrílocuo- explicó el muchacho jadeando a punto de desmayarse.

Gardelia lo sacudió de los hombros para continuar escapando.

Desenrolló una cuerda muy fina para hacer rappel y disparó varios niveles màs abajo. Ató la cuerda y con destreza compartió la caída con Carlitos para terminar en el estanque de las carpas.

Allí permanecieron tomando aire y sumergiéndose alternadamente entre los peces, mientras los ninjas corrían por los pasillos.

Una mano tomó el tobillo de Gardelia y la jaló hacia abajo quien a su vez, sujetó el pie de Carlitos para no perderlo.

Apenas conteniendo el poco aire inhalado fueron arrastrados varios metros por una tubería de drenaje del estanque.

Ella, al retorcerse sobre si misma para tratar de liberarse de la mano del captor se dio cuenta que se trataba de uno de los “sapos del abasto” quien en realidad los estaba poniendo a salvo.

El brutachon parecía no darse cuenta que los rescatados tenían que respirar, hasta que Gardelia se lo hizo saber con un mordisco.

El buzo abrió una compuerta y salieron despedidos con el chorro del conducto.

-Tás loca piba?... Así me agradecés?...

Ella hizo caso omiso a la reprimenda y se ocupó de arreglarse mientras el muchacho yacía inconsciente.

- Quién es el pendejo?... por qué tanto quilombo?- preguntó el “sapo” mientras lo daba vuelta para ver si podía reanimarlo .

Cuando lo reconoció, cayó sentado persignándose, como si hubiera visto un fantasma.

- Es Carlitos… es Carlitos…- balbuceó arrinconado como un chico, mientras Gardelia terminó de escurrirse un poco y se arrodilló frente al el rostro inconsciente para practicarle el boca a boca.

A pesar de la práctica con los maniquíes de reanimación se detuvo un instante tomando conciencia que sería la primera vez que sus labios se posarían en los de un hombre real , bah, un chico.

Trató de prestar atención. Francamente le interesaba más ésta sensación nueva, que si salvaba o no al muchacho.

Y, nada. Los gajos mórbidos de la boca le devolvieron un poco de gusto a sal, un leve olor a ajo de algún menú típico oriental y nada más.

Entonces soplo una vez, dos veces, tres veces. En intervalos regulares , tal como correspondía en éstos casos. Y nada.

Volvió a intentar una, dos, tres. Y nada.

El chico no reaccionaba.

Hasta que en un estertóreo regresar de la nada Carlitos se incorporó y cantó:

-Miiiiiiiii buenosaaaaires queriiiiiiiiiiidoooo. Cuando yo te vuelvaaaaaa veeeeeeer- y abrazó emocionado a Gardelia mientras el hombre enfundado en goma negra, rezaba y se persignaba. Rezaba y se persignaba.

- Por qué te quieren secuestrar- insistió conmovida por tanta expresión de afecto.

El la miró con dulzura, levantó las cejas hasta donde podía , sonrió con renovada identidad y tras un breve silencio simplemente le espetó:

- Porque soy Carlos… Carlos Gardel.

Gardelia lo miró como esperando que siguiera la explicación:

-Y?.

- Eso. Carlos Gardel.

-Y?.

- Soy el zorzal, el mudo, el que cada día canta mejor…

Cuando se disponía a arrancar a capella con otra melodía, Gardelia le cacheteó la nuca.

- Hey, pará. Estuvimos a punto de morirnos.- levantó la mano como para seguir cacheteándolo.

Carlitos de vuelta a la realidad por efecto del pequeño golpe trató de explicar:

- Soy parte de un programa experimental japonés de clonaciones selectivas. Me trajeron hasta acá para que conociera mis raíces, a mi pueblo tar adentro en mis entrañas, tar adentro en mi corazón…- Gardelia volvió a amagar un castañazo- Disculpame… Y así como yo, han clonado a cientos a partir de un pelo, de un hueso, hasta de las huellas dactilares aparentemente borradas en cualquier objeto personal del difunto.

- Y a quien más han clonado-

- Y, qué se yo. Son tantos…De acá por ejemplo San Martin.

Gardelia se tapó la boca:

- Me estás jodiendo.

- En serio. Y así lo mismo en varios países.-

-Y los chinos que quieren.

- Como no pueden acceder a los laboratorios, quieren secuestrar a los clonados para copiarlos en su país.

-Para qué-

- Ahora que son los más ricos del mundo, cada familia quiere pagar para tener a alguien notable. Y mejor si es occidental. Es un plan gestado desde el gobierno para que en lugar de dos hijos tengan uno y los que quieran, un clon.

-Y los clones pueden tener hijos?- preguntó Gardelia con urgencia inconsciente.

Carlitos bajó la cabeza y perdió todo el parecido con el bronce que sonríe.

-No.

( continuará)

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